Rafael Pérez Estrada
(España, Málaga)
Señalándome a un hombre de gran dignidad, me dijeron: Ése es el resucitador; y como yo preguntara detalles, me explicaron que sólo podía resucitar a aquellos cuya muerte representara para la patria y la cosa pública una pérdida irreparable.
resucitado a nadie, porque nadie nos ha parecido imprescindible. Sin embargo, el hombre actuaba como si
hubiera devuelto de las sombras a toda una nación.
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